Cuando hace tres años decidí ponerme a pintar abanicos, los que no podía imaginarme por nada del mundo es que cosería. No sabía utilizar una máquina de coser, la miraba y me daba miedo. Siendo mi tía modista y de las buenas, (ya que tuvo su aprendizaje de joven en la casa Balenciaga)no logró meterme el gusanillo de la aguja.
Hasta hace un año que decidí que me enseñara lo básico para confeccionar unos bolsos. No puedo evitar sonreír al acordarme de las veces que he dicho las frases de "no me veo capaz" o "no se si podré" y luego me he puesto y los resultados son estos.
Nuestra nube queda de los más dulce si pones dos encima de la cama.
Es un clásico, nuestras amapolas las hemos pintado en un montón de sitios. Abanicos, zapatillas, bolsos y ahora en nuestros cojines
Los modelos alargaditos son de lo más original
El conjunto de tres.
Hemos copiado la casita del vecino.
Y la muñeca cojín la encuentro divertida y original para la habitación de una niña.
Este fue un encargo especial y singular. Nuestro cliente de 9 años
a través de su madre se personalizó su propio cojín. Su pasión "los gatos" y "el mar y las tablas de surf". El diseño de las tablas esta sacado de los dibujos de Pukas, (un diseñador de tablas de surf).
El resultado fue inmejorable
NOTA: He sacado muchas ideas de blogs suecos los cuales cuidan mucho los detalles de la decoración, y aportan tutoriales prácticos.
Os dejo con mi rincón preferido de la terraza.
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