Hace unas semanas me pidieron dos bolsos totalmente personalizados. Pero la persona que los encargo me pidió un favor. Ella me traía las corbatas para ambos bolsos.
Sencillamente eran un recuerdo de un familiar muy querido y que para tener guardadas y que se estropeasen prefería darlas uso.
A mi me pareció de lo más emotivo, y nos pusimos manos a la obra.
Sus receptoras son amantes de los gatos. Y hemos personalizado los bolsos con el color de ellos. Incluso uno tiene una oreja de color marrón.
Para mi tiene mejor efecto un recuerdo que utilizamos, que un recuerdo que escondemos en un cajón.
Espero que cuando lleguen a su destino le guste tanto como a mi haberlos hecho.
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